El Método de Franquear las Fronteras
Estamos acostumbrados a creer que pensar es un asunto de la filosofía. Esa costumbre nos ha conducido a compartimentar nuestras capacidades mentales, a darles atribuciones de acuerdo con una escala que gradúa a los seres de menor a mayor perfección, y que asume que los seres más perfectos son los humanos (ojalá hombres blancos y anglosajones). Esa costumbre ordena la mente bajo supuestos que actúan como prejuicios y nutrientes del poder establecido.