Encuentros
Técnica: Registro de Intervenciones en espacio público
Dimensiones: variable
Año: 2019
Reflexiones de Encuentros, Serie de Intervenciones Públicas
A raíz de mis búsquedas frente a mi lugar en el espacio, me he encontrado en un no lugar constante, en caminos largos y buses sin fin, sin rumbo, y extraviada. Sumergida en derivas mentales, constantes, en silencios profundos, que construyen imágenes en mis recorridos, que acontecen y transitan en el paso de nuevas.
En algún punto de mis derivas he llegado a encontrarme en presencias vivas, como medio de experimentación sensorial con mi entorno, horizontes y objetos culturales para plasmar mis imaginarios. He encontrado, especial al otro, la presencia viva pero a la vez invisible, al cotidiano, al sujeto que se convierte a simple vista, parte de la arquitectura. Al sujeto andante; pensante, a la vida que encuentro en él, a encontrarme en él. A las fuerzas que hacen que deje de ser un objeto de imágenes preestablecidas y se convierta en una presencia viva, que me afecta y nos afecta como individuos colectivos de una sociedad.
Entendiendo y aprehendiendo el mundo en fuerzas de creación, y presencias vivas. Que me afectan y se vuelven presentes, bajo sensaciones. Pienso y creo porque hay una fuerza que me lleva hacerlo, que me hace dar cuenta de todo lo que pide paso en mí día a día, desde encontrar quizá un sentido de lo que me mueve y afecta, dibujo presencias, encuentro en su rostro, semblante, facciones y posiciones, la sensibilidad que me llevan a dar cuenta de ellos/ellas; como reflexión hacia la relación con mi entorno, y mi lugar en el mismo, donde el arte se avizora como medio para generar dinámicas de pertenencia a un colectivo de sujetos fragmentados y relegados, invitando a encontrarnos y reconocernos unos a otros, como iguales, en la espera, los vacíos y en los silencios. “Yo respondo del otro, porque este, que se me da como rostro, y que me habla, demanda de mí una respuesta a su sufrimiento, a su dolor, a su menesterosidad, a su vulnerabilidad” (Quesada. 2011, p. 403)
La tela como conformación de intervención pública, hace parte de una construcción poética de nuevas arquitecturas, donde reflexiono el espacio, como espacio transformado, en nuevas dimensiones; accesibles, expansivas. El espacio practicado, de Michel de Certeau: “El espacio usado por los ciudadanos en su más físico sentido – los que caminan, usan, recorren a su modo y manera la ciudad, construyendo en sus andares y travesías otra ciudad distinta a la de las grandes arquitecturas y las ingenierías: la ciudad habitada, experimentada, practicada, apropiada”.
En esta conformación de nuevos espacios, expansivos y accesibles, da lugar, visibiliza y posiciona, imaginarios colectivos, interviniendo el espacio público, una fuga y un retorno, que propicia el encuentro cara-cara, para tomar conciencia del yo y del otro, sensible a la individualidad y el colectivo, dado que nuestra reflexión/problema afecta contextos, mueve cuerpos, habita en cabezas, crea fuerzas y vive en sentido y reflexión, en lenguaje y capacidad; recorre y camina visiones y actitudes, subjetividades e imaginarios, a partir del cual, el arte puede hacer sentir y pensar, transformar y trascender.