La monstruosidad de las formas en las obras de arte de Lorenzo Jaramillo y Débora Arango
Nos proponemos abordar la monstruosidad de las formas en las obras de dos artistas: Lorenzo Jaramillo y Débora Arango. Para el primer artista, son los sentimientos y las emociones humanas -como el grito- las que alteran las figuras de los hombres, experimentándose así una monstruosidad inmanente al ser, que se pone en marcha en el devenir del soñador por ejemplo. Débora Arango por su parte trata la monstruosidad de manera metafórica y paródica, desde la alteridad, es decir, desde la otredad que se aparece al ser con algunas investiduras, entre ellas, la política, y que ella dota elocuentemente de una figura simbólica zoomorfa (batracios, reptiles, hienas, calaveras, aves de rapiña). A partir de estas consideraciones, abordaremos dos percepciones de la monstruosidad, las cuales a su vez serán tratadas teóricamente desde un punto de vista histórico, antropológico y filosófico. Desde la historia, consideraremos los planteamientos que hace Edmundo O’Gorman sobre la monstruosidad artística que lo lleva a considerar el arte como un belleza mítica que es por fuerza una fealdad que está presente en algunas obras de los artistas ya mencionados, como siendo la expresión y representación de lo prodigioso: “En rigor, lo monstruoso tiene un significado primario
de portentoso y fundamentalmente de lo que está fuera del orden natural” (O`Gorman, 2002, p.83). En este sentido, lo monstruoso se presenta como siendo lo heterogéneo e irracional, o lo que es lo mismo, un punto de vista perceptivo y crítico que se expresa como un elemento transgresor de la consciencia, y por lo tanto, es capaz de producir el sentimiento de lo prodigioso, del que simultáneamente se genera una consciencia mítica que está presente en las representaciones monstruosas de Jaramillo y Arango.
A este respecto, desde la antropología, Carmen Gaona comprende que la monstruosidad es una forma no humana que se deriva de la mezcla entre lo inferior inmundo que se representa en lo animalesco de los hombres y lo superior maléfico o demoniaco. Lo monstruoso así, tiene la capacidad de perturbar, de causar repulsión en el mundo del ser que se percibe íntima y socialmente homogéneo y normalizado. Lo monstruoso consecuentemente, se caracteriza por ser heterogéneo, es decir, por ser absolutamente otro. (Gaona, 2006)
Ahora, ir al encuentro de la monstruosidad en las obras de Lorenzo Jaramillo y Débora Arango, es en términos de la filosofía fenomenológica de Heidegger (1971), ir al encuentro con el Dasein, al despliegue del Ahí, que es aperturidad y Subjectum (Muñoz, F.J, 2018). Pero también en términos del filósofo y dramaturgo Gabriel Marcel (En Sellés, 2006) la monstruosidad, en tanto que es un aspecto concreto e irreductible del ser humano, se equipara al misterio, no obstante, este misterio se puede conocer mediante la “reflexión segunda” que significa pensar la realidad sin que ella pierda su carácter concreto y existencial, en esto consiste la verdadera universalidad. Esta realidad es considerada por Marcel desde un punto de anclaje que es el cuerpo, el cual considera como encarnación, en la que el cuerpo establece dos relaciones diferentes con la conciencia: el cuerpo-sujeto y el cuerpo objeto, el primero se da como experiencia interna y el segundo se da a la conciencia espacialmente. Estos son dos modos de darse el cuerpo a la conciencia son diferentes, irreductibles, indisolubles y complementarios. Hay en la monstruosidad entonces una profunda afirmación: “yo soy mi cuerpo”, además “si yo soy mi cuerpo es en tanto que soy un ser sintiente; y yo soy mi cuerpo en la medida en que mi atención se apoya en primer lugar sobre él, es decir, antes de poder fijarse en cualquier otro objeto sea cual sea”. De esta manera, haremos énfasis en el cuerpo-sujeto y en el cuerpo-objeto, como dos relaciones en que el cuerpo se despliega o en que las formas se despliegan en algunas obras de arte de Lorenzo Jaramillo como: Homenaje a Perón y Tríptico de cabecitas, y Débora Arango: La República, La salida de Laureano y Rojas Pinilla.
Referencias
Gaona, P.C. (2006). Estrategias conceptuales de integración desde la antropología: Las “otredades monstruosas” contra el racismo.
Heidegger, M (1971). Ser y Tiempo. México: FCE.
Muñoz, F. J. (2018). Dasein y auto-apropiación: El tiempo como constitutivo de nuestra realidad. Co-Herencia, 15(29), 93-120.
O’Gorman, E. (2002). El arte o de la monstruosidad y otros escritos. México: Planeta, Joaquín Mortiz.
Sellés, J. F. (Ed.). (2006). Propuestas antropológicas del siglo xx (i) (2a. ed.).