Xochipilli: Serie Fotográfica

Jesús Eduardo Fernandez
Obra de Museo

Técnica: Fotografía Digital a 3 pasos.

Dimensiones: Variables.

Año:2016

El encuentro con “Xochipilli” lo hice a través de la otra cara de la moneda, mirando con nostalgia, las figuras rotas encerradas en urnas de cristal en los museos dedicados a la memoria indígena. “Xochipilli” es una Deidad de la primera Maya, del color, la danza, la voluptuosidad, la belleza, la música y los buenos tiempos; en sí, un Dios benevolente. En la presente serie de fotografías, el viraje se teje a través de lo fúnebre debido al permanente contacto y estudio que poseo de la guerra y el dolor acontecido en nuestro espacio vital y visual; correlativamente, transfigurar a “Xochipilli” de frente al horror de la guerra teniendo en cuenta los bemoles de la época no es tarea difícil: Flores que celebran actos fúnebres como signo de amor, fragilidad y pensamiento; primaveras que florecen y se marchitan en los campos de los cementerios de nuestra nación; danzas en medio de fosas comunes y gente desaparecida; juegos con la vida de los más indefensos y desprotegidos; y la belleza es encontrada en los cuerpos desmembrados y no lo bello que posee la vida. La apropiación, contextualización y reinterpretación del nombre sirvió como excusa para hacer una antítesis ante éste mismo. Por medio de “Xochipilli” también fue necesario escudarse en el amplio campo de la memoria sobre un movimiento que no es afectado por una mera necesidad de recordar, sino como un acto mecánico fuertemente mediatizado bajo códigos y atributos ligados al territorio. Es de anotar, y espero que no sea redundante: La ofrenda es entregada por los vivos a los muertos y gracias a esta relación podemos deducir que como dolientes llevamos un muerto adentro.